La piel es el órgano más grande del cuerpo, el más visible, y la parte que interactúa con el mundo. Por ello, la piel tiene un gran impacto en las percepciones personales y el bienestar psicológico. La medicina piscocutánea representa el estudio de la compleja interacción entre psiquiatría, psicología y dermatología y un abordaje multidisciplinar de la misma ofrece múltiples ventajas. Por ello, desde marzo de 2018 la Unidad Piel y Mente ofrece atención a los pacientes con dermatosis agravadas por problemas psicológicos o aquellas que puedan derivar en problemas psicológicos así como para las enfermedades psiquiátricas con expresión cutánea dentro de una consulta común psiquiatríadermatología.
Objetivos de la unidad
Los objetivos de la consulta son evitar duplicidad de visitas y optimización del tiempo de consulta, así como un abordaje multidisiciplinar de casos seleccionados con procedimientos diagnósticos y terapéuticos simultáneos. A través del aprendizaje mutuo de ambos especialistas a nivel de manejo de patología y tratamiento para aplicación en otros casos, la personalización de la atención que el paciente recibe es la más adecuada a su enfermedad.
¿Cómo ser paciente a la Unidad Piel y Mente?
Se incluyen aquellos pacientes derivados a la consulta en base a afecciones cutáneas con una elevada incidencia de trastornos emocionales (excoraciones, dinias, pruritos…), dermatosis que brotan y/o se agravan por factores psicológicos (dermatitis atópica, psoriasis…) o con un gran impacto psicológico (melanoma), así como enfermedades psiquiátricas con expresión cutánea (tricotilomania, dismorfofobia...).
Las consultas tienen una periodicidad mensual, con 4 pacientes citados cada 45 minutos. Los pacientes son derivados desde consulta de dermatología y psiquiatría y son avisados de la presencia de ambos especialistas y del objetivo de la consulta.
¿Qué hemos visto desde que la Unidad Piel y Mente se puso en marcha?
La prevalencia exacta de los factores psicológicos que afectan la piel se desconocen, sin embargo se estiman en un 25-33% en diferentes estudios. Se conoce que las intervenciones psicológicas para mejorar la severidad y el distrés asociado a patología cutánea son beneficiosas. Una aproximación holística de estos pacientes compuesta por dermatólogo, psiquiatra y/o psicólogo ofrece ventajas para el paciente, evita pruebas complementarias y derivaciones innecesarias, y ofrece una mejor intervención y resultados terapéuticos en los pacientes, y con ello un paciente con una mayor adherencia.